Tomando el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia y lo depositó en su propio sepulcro... " (Mt. 27, 59). Pagaste por nuestros pecados. A precio de cruz nos compraste el cielo. Jesús es enterrado y la tumba sellada. Todo se ha consumado. Terminó tu sufrimiento; y tus enemigos pensaron que con ello habían acabado con Jesús definitivamente… ¡Pero Jesús resucitó!… y la oscuridad del sepulcro se convirtió en la luz del universo… con su muerte, Jesús nos das ¡vida real y eterna!, alabado sea Dios... De tu muerte ha nacido la resurrección y la gloria por los siglos de los siglos…
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