Estas ventanas, que siempre están enrejadas, se ubicaban en los laterales o fondo de las antiguas casonas y estaban destinadas a la cocina o algún pequeño almacén…
El llamador de bronce se accionaba golpeando fuertemente el vástago contra la puerta, este producía un fuerte sonido que retumbaba en el largo pasillo que hacia de caja de resonancia, con ingenio y algo de buen oído, algunas personas se anunciaba a ritmo de una canción y se podía saber quién estaba en la puerta…
En otras épocas, el buzón recibía cartas de familiares lejanos o idilios que hasta sus letras llegaban perfumadas a manos del pretendido, hoy encontramos los folletos publicitarios de algún supermercado de la zona y por supuesto las rigurosas boletas de impuestos que se apiñan cada vez más sin piedad…
Aun se ven puertas de doble hoja con la ornamentación en bronce de aquellos tiempos, deterioradas y faltas de mantenimiento, algunas llegan a tener cien años y persisten en el tiempo como casi el primer día…
Esta vasija de barro y algunas otras artesanías hechas por los aborígenes, terminaron en el baúl del auto con destino a ser una maceta más en el jardín…
Estas vasijas se encuentran en los puestos de venta que suelen estar al costado de las rutas. Son traídas del norte argentino y están hechas por aborígenes del Chaco, Salta y Jujuy…
Parece que este pequeño pajarito se tomo en serio su canto matutino, después de un buen rato seguía trinando con muchos bríos y decidí hacerle unas cuantas tomas.
Así amaneció el 1 de enero de 2011, en el centro de la prov. de Bs.As. a pesar que en el horizonte se ven nubes, el día transcurrió con una temperatura de 34ª y cielo totalmente despejado.